viernes, 28 de abril de 2017

El teyú-yaguá


























El lagarto-tigre, habitante, junto al e-yara, de las aguas de la región guaraní, es un ser maligno con cuerpo de gigantesco cocodrilo o lagarto y cabeza de tigre o perro. Su misión es la de impedir el tráfico de viajeros y pescadores hundiendo sus canoas y devorando a sus ocupantes. Hay reportes que lo muestran como un enorme cardumen de gran atractivo para quienes viven de la pesca; pero cuando éstos se disponen a comenzar a atrapar a los peces, el teyú-yaguá alcanza su forma definitiva y realiza la siniestra tarea de dar muerte a los pescadores. Vive en aguas profundas y sólo se aventura cerca de los poblados en busca de víctimas.
Debido a la maldición lanzada por Angatupyry contra Taú por haber raptado a Kerana, su descendencia será por siempre deforme y monstruosa.
Así, el primer hijo de la pareja es un enorme lagarto con siete cabezas de perro cuyos ojos lanzan llamaradas. Sus siete cabezas de perro dificultaban cualquier tipo de movimiento. En algunas versiones, Teyú Yaguá sólo tiene una enorme cabeza de perro. Pero en todas las varientes coinciden en su escasa capacidad de moverse.
Su aspecto era el más horroroso de los siete hermanos. Sin embargo su ferocidad fue aniquilada por deseo de Tupa. Era dócil e inofensivo. Aun así era temido por su mirada fulgurante.
Se nutría de frutas y su hermano Jasy Jatere le proporcionaba miel de abeja, alimento de su predilección. Fue considerado como el señor de las cavernas y protector de las frutas. Se lo menciona también como genio protector de las riquezas yacentes en el suelo. Su piel adquirió brillo revolcándose en el oro y las piedras preciosas de Itapé.
jasy jatere

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